Sé que la imagen de un ordenador no es la que mejor define el Coaching. Podía haber elegido una foto de dos personas conversando alrededor de un café, sentados en un cómodo sillón. Sin embargo elegí ésta, por ser muy representativa de la historia que os quiero contar.
Recuerdo que mi primer ordenador fue un Apple IIC (bueno, para ser exacto era de mi hermano mayor), hace ya muchos años. En ese momento podía pasar horas con él. Los primeros juegos informáticos, los primeros editores de texto… era realmente novedoso. Sin embargo, más de 30 años después, este ordenador, convertido en pieza de colección para algunos (obviamente no conocía ese destino cuando decidimos no arreglarlo y tirarlo), es totalmente obsoleto y no se ajusta a mis necesidades actuales.
Sin embargo, en nuestro día a día, nosotros, los seres humanos, nos seguimos moviendo con un hardware (nuestro cerebro) que no siempre ha sido actualizado con la última versión del software (nuestras creencias, pensamientos y nuestra educación emocional que determinan nuestros comportamientos), lo cual provoca resultados que no siempre nos satisfacen pero que no sabemos cómo desafiar, porque al fin y al cabo, siempre fuimos así, o siempre lo hemos hechos así. Y así van pasando los años. Encontramos nuestra felicidad en algunos aspectos de nuestra vida, mientras otras facetas nos generan insatisfacción y/o sufrimiento porque no hemos actualizado ese software con una versión que nos permite avanzar, que nos permite mejorar.
Pues un proceso de coaching es como una actualización del software. A través del acompañamiento del coach, el cliente toma consciencia de estos pensamientos que no le hacen bien, de cómo entender mejor sus emociones y de qué acciones le pueden dar resultados diferentes. El cliente aprende a definir con más exactitud lo que quiere y cómo conseguirlo.
El coaching ni es mágico ni es revolucionario. Requiere reflexión, requiere compromiso, confianza en uno mismo y en el coach, requiere paciencia, requiere una voluntad de cambio y de desafiar nuestras creencias y sobre todo requiere acción. No hay coaching sin acción. Y los cambios llegan, desde los más pequeños hasta los más extraordinarios (respetando el concepto que cada uno tiene de “extraordinario”). Puede resultar sorprendente, pero muchas veces no conseguimos lo que necesitamos o deseamos porque ni siquiera lo intentamos. Y a menudo no lo intentamos no por acumulación de fracasos, si no por pensamientos que nos empujan a ni siquiera intentarlo.
Aquí os dejo la definición más académica (los más puristas la estaban esperando 🙂 ) realizada por la Federación Internacional de Coaching (I.C.F.): el“coaching profesional consiste en una relación profesional continuada que ayuda a obtener resultados extraordinarios en la vida, profesión, empresa o negocios de las personas. Mediante el proceso de coaching, el cliente profundiza en su conocimiento, aumenta su rendimiento y mejora su calidad de vida.”
El Coach por su parte es responsable de “Descubrir, aclarar y definir lo que el cliente quiere alcanzar, estimular el auto-descubrimiento del cliente, suscitar soluciones y estrategias generadas por el propio cliente y mantener en el cliente una actitud responsable y consecuente”.
A esta definición solo le añadiría que para crear este clima de confianza entre el coach y el coachee (la persona que es “coacheada”), es un proceso totalmente confidencial.
“El coaching consiste en liberar el potencial de una persona para incrementar al máximo su desempeño. Consiste en ayudarle a aprender en lugar de enseñarle.”
Ésta es la definición de John Whitmore, uno de los padres del Coaching moderno. Su modelo de conversación de coaching es de los más utilizados por coaches de todo el mundo y de todas las disciplinas. Su modelo, conocido como el modelo GROW, queda magníficamente explicado en este video hecho por Visual Ananda Bienvenidos (visualananda.com), que resume perfectamente su libro y lo que es un proceso de coaching.
Resumiendo, ¿Qué vas a aprender en un proceso de coaching?
- Vas a aprender a definir con eficacia lo que quieres, tus objetivos.
- Vas a aprender a observar tu realidad desde distintos enfoques.
- Vas a aprender a desafiar tus primeras interpretaciones sobre lo que te pasa y sobre lo que pasa a tu alrededor.
- Vas a aprender a desafiar tus opiniones sobre ti mismo y sobre los demás.
- Vas a aprender a entender tus emociones y las de los demás.
- Vas a aprender la relación entre tus emociones, tus pensamientos y tu comportamiento.
- Vas a aprender la importancia de la comunicación en la calidad de tus relaciones, aprendiendo a llevar con éxito conversaciones difíciles
- Vas a aprender que para cambiar hay que actuar de manera diferente.
- Vas a aprender que lo de “yo soy así y así seguiré y nunca cambiaré” es más una condena que una reafirmación de tu identidad.
¿Con qué versión de ti mismo te estás quedando?
¿Qué te gustaría conseguir en tu proceso de coaching?